Esta es una época en que se celebran muchas
cenas de navidad, entre amigos, del trabajo, de la pandilla del deporte, de familia
ect.
Esta semana he tenido la cena de navidad de
mi trabajo. Me gusta estar con la gente fuera del ambiente à lo cual estamos
acostumbrados, sin los problemas normales del día a día profesional. Conocer un
poco más las personas que as veces no conocemos tan bien, mismo que estemos con
ellas todos los días.
He pasado un buen rato, poco se ha hablado de
trabajo (algo difícil en estas cenas) y la animación fue una constante.
Como es normal, debido a la fecha en que
estamos, se han dicho bonitas y
simpáticas palabras que cayeron bien a todos. Pero creo ser muy importante, más
que decir las palabras, sentirlas de verdad. Y en el día que eso se torne una
realidad, entonces sí, seremos una barco en que todos reman en el mismo
sentido.
Esta cena ha valido para animarme en relación
a mi situación profesional. Por mi parte y por los demás. Creo que estamos en
el buen camino, no olvidando que deberemos siempre mejorar, empezando por mí.
Después de momentos de tormenta, esperanza es
lo que siento!
Hoy me he despedido del “G”, uno ó él enfermo
que más me ha tocado hasta hoy. Se marchó para otro sitio en lo que espero que
se sienta más a gusto que aquí. Señor de
sus 90 y picos de años (yo le daba unos 60 y pocos), de una frescura mental
impresionante, infelizmente no acompañada por su debilidad física. La persona más
educada y amable que me ha “pasado por las manos”, siempre con una buena
palabra y siempre con el pensamiento positivo en relación a su situación.
Persona muy culta y con ganas de aprender más y más.
Te voy echar de menos mi amigo y gracias por
me haberes hecho crecer como persona y como enfermero.
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